LIFE Plasmix demuestra cómo recuperar y reciclar los residuos plásticos de la recogida urbana

Separar y gestionar correctamente los residuos que proceden de la recogida urbana es un proceso fundamental para evitar el depósito en vertederos y el littering y para promover la cultura del reciclaje y el uso de material reciclado. Con ese objetivo trabaja LIFE PLASMIX, un proyecto con la contribución del Programa LIFE de medio ambiente y acción por el clima, de la Unión Europea –que cofinancia más de 4.500 iniciativas–.  PLASMIX se centra en recuperar, separar y reciclar de forma mecánica los residuos de plástico mezcla, mayoritariamente polipropileno (PP), poliestireno (PS) y poliestireno expandido (EPS), procedentes de la recogida urbana (fracción orgánica o resto), evitando su incineración y su depósito en vertederos.

LifePlasmix

PLASMIX está, por tanto, alineado con la economía circular y con la estrategia europea de plásticos, ya que impulsa la inversión, la investigación y la innovación para que el reciclaje sea rentable y para evitar el littering.

El proyecto LIFE PLASMIX comenzó en 2019. Está liderado por FCC Medio Ambiente y en él participamos las entidades ANAIP, ANDALTEC, LINDNER, Lindner Washtech Engineering, STADLER Selecciona, STADLER Anlagenbau, PELLENC ST y la Universidad de Granada.

Los plásticos son materiales muy valiosos para aplicaciones clave. La larga vida útil, de los materiales plásticos, su capacidad de reciclaje, su bajo peso y consumo energético, entre otras propiedades, los convierten en actores principales que contribuyen a la sostenibilidad y a reducir el impacto ambiental, ofreciendo soluciones en sus múltiples aplicaciones y sectores.

Life Plasmix planta

Los podemos encontrar en construcción, automoción y transporte, aeroespacial, envases y embalajes, medicina, electrónica, deportes y ocio, mobiliario urbano y artículos para el hogar, agricultura, ferrocarriles, energía eólica, etc. Un sinfín de aplicaciones muchas de las cuales no podrían ser posibles si no existieran los plásticos.

Esta versatilidad de los plásticos también es clave a la hora de gestionar correctamente el fin de vida de los productos, impulsando que se aproveche todo su valor y evitando que acaben en el medio ambiente produciendo el llamado littering, el abandono en lugares inapropiados e incluso en el vertedero.

En la última década el reciclaje de plásticos postconsumo (los que proceden de productos que se han puesto en el mercado, han sido consumidos y han llegado al final de su vida útil) ha aumentado un 80 por ciento. Pero, aunque la situación global de la Unión Europea está mejorando mucho, aún hay países en los que el vertedero sigue siendo la primera o la segunda opción de tratamiento para los residuos plásticos, lo que supone un problema ambiental y un desperdicio, ya que los plásticos pueden tener una segunda vida y utilizarse como recursos en la fabricación de nuevos productos.

En septiembre del año pasado, en el marco del proyecto PLASMIX, se puso en marcha la construcción de una nave para el reciclaje de este tipo de residuos en la planta de tratamiento de Alhendín (Granada), una instalación piloto que reciclará 3.769 toneladas al año a partir de residuos de PP y PS y que trabaja con una nueva solución de reciclaje basada en la separación óptica, el lavado y la extrusión. Gracias a este proceso, los residuos se convierten en granza reciclada de alta calidad que se puede utilizar para fabricar nuevos productos. Así se consigue la circularidad total de los plásticos. Estos procesos conllevarán además una importante reducción del consumo de materias primas, agua y energía.

 El objetivo es que esta tecnología pueda implantarse a gran escala a finales de 2022 y que se pueda transferir a otras 5 plantas en 2026.

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